martes, 14 de mayo de 2013

Una voz para el corazón abandonado

Ojos dulces, recuerda siempre esto que te diré: Cuando tengas ganas de llorar, coge esa caja que está en el desván, ábrela y mira lo que hay dentro, porque esos secretos mejores guardados son los que deben guiarte en la vida que está por llegar. Porque todo es posible. Porque todo es mágico. Porque todo puede ocurrir.


He visto llorar a la alegría.
He visto sufrir a la felicidad.
He visto las piedras sangrar.
He visto al perdón condenar.
He visto a la tregua mostrar porfía.
He visto agonía en la serenidad.
He visto desesperanzado al amor.
He visto detestar al aprecio.
He visto pasividad en el rostro de la emoción.
He visto al fuego sintiendo frío.
He visto perder al valor.
He visto morir los sueños.

Y no sólo eso. Hay más. Muchísimo más. ¿No me crees?

He visto a la envidia compartir.
He visto a la tristeza sonreír.
He visto al sufrimiento regocijarse.
He visto a la batalla encontrando paz.
He visto tranquilidad en la amargura.
He visto reír al miedo.
He visto al inconsolable calmarse y ser feliz.
He visto al abatido resurgir.
He visto al desconsolado entusiasmarse.
He visto al castigo compadecer.
He visto conmocionarse al insensible.
He visto al engaño decir verdades.
He visto al odio amando.

Hay tantas cosas por ver que si aún no las hemos sentido, nos parece inalcanzables. Ahora, aquí mismo, mientras me lees, sé del cierto que hay cosas que amarás que no sabes ni que existen todavía. ¿No crees que es algo...casi mágico? Querrás lo que ahora no echas de menos, te abrigará el calor de algo que ni imaginas.
Recuerdo notar cómo mi corazón se detuvo por un instante atesorando la ilusión del momento. Recuerdo ver mis ojos brillando por sentir cumplidos los deseos. Y ¿sabes qué? He amado los besos y he besado al amor. Y esto, mi vida, es lo mejor que me ha pasado nunca.

Y aquí confieso que, esa caja del desván, guardaba dentro otra más pequeña que con mis dos manos ahora cojo abrazándome a ella. Esa caja está en mi pecho, dentro de mi corazón, regalando a mis memorias todo lo que tuve y atesoraré. En esa cajita hay madrugadas que bañé de hermosas palabras, hay lágrimas de felicidad, hay risas que crecieron de entre el dolor.

Es todo lo que en la vida guardé. Mi único testamento. Si el mundo acaba, si mi mundo acaba.., tengo la tranquilidad de haber vivido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario